El Museo de Arte de Lima – MALI  presenta la exposición  Juan Salas Carreño. Identidad y geometría, como parte del programa Intervenciones contemporáneas y en el marco de la exposición Los incas. Más allá de un imperio, se ha invitado al artista cusqueño Juan Salas Carreño a intervenir distintos espacios del museo y en particular  las salas en las que se presenta la colección permanente MALI. Para ello el artista reúne una serie de obras producidas en la última década y que giran en torno a algunos elementos icónicos de la arquitectura inca, en particular la conocida “piedra de los doce ángulos”.

La primera obra de Salas en abordar esta temática es Forma y contenido (2009), instalación fotográfica incluida en la Sala de Fotografía y Dibujo Juan Bautista y Carlos Verme en el marco de la exposición Imagen de piedra. Lo inca en la fotografía, ca. 1900 – 1940 bajo la curaduría de Natalia Majluf. Se trata de una serie de fotografías a color tomadas por el artista y que registran distintas apropiaciones de la silueta de la piedra de los doce ángulos –desde su aparición estilizada en murales decorativos o rejas, hasta en camisetas y objetos varios—en distintos lugares de la ciudad del Cusco. En esa misma exposición se incluye también una serigrafía de gran formato titulada Soluciones a un mismo problema geométrico (2009), en la cual se presenta una grilla con 36 figuras sintéticas que replican variaciones sobre los perfiles de la mencionada piedra procedentes del registro fotográfico de la obra anteriormente mencionada.

Más allá de las obras incluidas en la Sala de Fotografía y Dibujo, las intervenciones de Juan Salas en espacios del museo incluyen también una instalación lumínica en la Sala 26, una de las galerías de esquina de la segunda planta del Palacio. Bajo el título A la sombra del sol, la obra es la misma que se hiciera acreedora del Premio Pasaporte para un Artista de la Embajada de Francia en el 2013. Se trata de una escultura cinética con la forma de la piedra de los doce ángulos en constante rotación. La sombra proyectada por esta escultura sobre la pared muestra la progresiva aparición y transformación de la silueta de dicha piedra rodeada por un halo de luz. Finalmente, de las figuras de este mismo proyecto se desprende el diseño circular de mural para los descansos de las escaleras de ingreso al museo.

El hilo conductor de las obras reunidas es la descomposición formal de este ícono de lo incaico, pero también de su densa carga cultural. El artista nos invita a reflexionar críticamente respecto a la celebración idealizada del imaginario precolombino y a la relación entre el valor atribuido a lo patrimonial y su comercialización como producto identitario de exportación. Los proyectos presentados, en su conjunto, nos invitan a mirar un mismo fenómeno formal desde distintas perspectivas, proponiendo también así abrirse a nuevas lecturas sobre el pasado histórico.